Untitled [Sin título], 1977

Untitled [Sin título], 1977 Carboncillo sobre papel, 73’5 x 53’5 cm

Para Esteban Vicente el dibujo era fundamental en el proceso artístico de un artista, pero no como un estudio preliminar sino como herramienta para el conocimiento de la realidad y como instrumento del que se sirve el artista para perfilar su propia poética. Con este empeño consigue que sus dibujos posean una cualidad pictórica característica.

Durante los años setenta, sus dibujos se aproximan más a los óleos a través de los espacios, las formas y los ritmos haciendo entrever como domina con soltura todos los recursos técnicos.

En concreto, la serie de dibujos que realizará entre 1976 y 1977 presenta la preocupación del artista por “quitar más que añadir” y, como se aprecia en la obra, se reduce el número y la consistencia de los motivos acercándose al minimalismo. Las formas que flotan en el espacio pueden configurar el espacio mínimo, modularlo y estructurarlo. Esteban Vicente recurre a la combinación de las formas geométricas con simples líneas que nos hacen recordar las esbeltas esculturas de Giacometti. La línea del dibujo se ha reducido a la mínima expresión. En este dibujo se observa una construcción del espacio a través del color organizado en formas de cuadros y rectángulos muchos de los cuales parecen flotar calmadamente sobre la superficie que les sirve de soporte. Se aprecia una profundidad en la obra deudora de la herencia transmitida a través de artistas que participaron del movimiento cubista como Juan Gris del cual admiraba las líneas nítidas, finas y elegantes, y el sentido concreto de la obra artística que ya influyó en la obra de Esteban Vicente durante los años cuarenta.

Influido por sus vivencias personales en ese periodo, el artista prefiere tonos sombríos y explora el negro, el blanco y el gris como colores consiguiendo variaciones en la densidad; y aunque manteniendo la sobriedad, el color llama la atención del espectador.